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El malestar en la cultura en el Siglo XXI: Los unos-solos y la orientación contemporánea por la dimensión de lo posible

Por Marie-Hélène Brousse

Bueno, muchas gracias, Fabián. Muy honrada de participar en este congreso.

Les agradezco, incluso si me voy a encontrar en una posición un poco deslocalizada en relación con, por ejemplo, los dos términos que utilizó Fabián de entrada como la expresión «salud mental» y la expresión «bienestar» porque del lado de la investigación psicoanalítica, del lado de la teoría freudiana y postfreudiana y -especialmente, la orientación lacaniana, es decir Lacan y Jacques-Alain Miller-, los dos términos están igualmente -¿cómo decirlo?- out of order, our of place. No hay salud mental. Lo mental está relacionado al discurso, al lenguaje, al decir y a la palabra y eso nos enloquece de cierta manera desde casi el principio y antes del nacimiento. Entonces, de salud mental nada. La proposición que sostenemos es "Todos locos"[1], primero. Segundo, bienestar. Desde Freud el título de sus libros fundamentales fue El malestar en la cultura[2]. Entonces, hay una conexión, casi una equivalencia entre la cultura y la civilización y el malestar. Freud lo desarrolla muy bien. No voy a desarrollarlo, pero voy a empezar por estas dos bases, estos dos fundamentos del psicoanálisis: "Todos locos" y "La civilización es el malestar" para los cuerpos hablantes o los parlêtres que somos. Lo digo porque no hay malestar del lado de los animales cuando no hablan. El malestar empieza en el mundo de los animales cuando son domesticados, es decir cuando entran en este mundo de la civilización y de la cultura. Cuando no entran, va muy bien.

Y no puedo no mencionar un punto de método del psicoanálisis lacaniano. Este punto de método es que cuando uno trabaja sobre una temática, es necesario investigarla a partir de lo que Lacan llama las tres dimensiones: lo imaginario -que es fundamental para los seres hablantes a partir del estadio del espejo, pero más generalmente se convierte este origen en la imagen del cuerpo en una dimensión fundamental de los lazos sociales, del lado de la rivalidad, de la competencia, de la lucha, de la guerra si se puede decir; segundo, la dimensión de lo simbólico, que es la dimensión del pacto, la dimensión de la estructura; y la dimensión de lo real, es la dimensión más enigmática. ¿Cómo decirlo? No es la dimensión de la realidad. La realidad está hecha a partir de lo imaginario y de lo simbólico. Lo real es la dimensión en que cada ser hablante en algún momento de su vida se encuentra y este encuentro siempre funciona como trauma. Entonces, el trauma es un elemento fundamental para el psicoanálisis y una cura analítica implica siempre el encuentro -bajo transferencia y en el lenguaje- con este real del trauma, que es distinto en cada uno de los seres hablantes que somos.

Yo estaba pensando en la actualidad en lo que un analista de orientación lacaniana puede decir a propósito del mundo actual, del mundo en el cual vivimos tantos años después de la enseñanza de Freud y bastantes años después de la enseñanza de Jacques-Alain Miller -quien dejó de hacer cursos hace más o menos 10 años-. Entonces, estamos en un mundo nuevo y he intentado, para vosotros también, caracterizar lo que permite definir o agarrar las características estructurales del período en el cual vivimos hoy. Yo les propongo dos tesis, dos hipótesis. Primero, el hecho -quizás va a parecerles un poquito extraño, pero es una hipótesis razonable- de que el período actual es un período en el cual las psicosis, la organización psicótica es lo ordinario, es de todos. En psicoanálisis, Jacques-Alain Miller había introducido y hecho un seminario sobre lo que él llama la psicosis ordinaria, que es una novedad. Se trata de una organización psíquica donde lo universal, la afirmación universal "Todos los […] son […]" funciona, pero sin la excepción paterna. Es decir, sin el al menos uno que, como punto de excepción, garantiza lo universal. Es decir, este punto exterior al conjunto que permite que el conjunto funcione universalmente. Yo pienso que hoy en día, la organización psicótica es universal, se ha vuelto universal para todos los seres hablantes porque precisamente lo que caracteriza nuestra época es la caída -Lacan dice la evaporación- del Nombre-del-Padre. Y aquí no se trata del papá, cualquiera que sea la acepción -el Papa católico o el padre de familia-, se trata del Nombre, del valor del Nombre, es decir el valor de lo que representa a uno en el orden simbólico. Entonces, les propongo sostener que hoy en día con la fragmentación, la evaporación, lo frágil que se ha vuelto la instancia de la autoridad simbólica, lo que pasa es que todos estamos en el orden de la psicosis.

Y, segunda hipótesis, que no se trata ya más del sujeto con la definición muy particular que da Lacan del sujeto, que no es la definición cartesiana, que no es la definición en la lengua común donde el sujeto se presenta más como un amo que dice "Yo soy". No. Es el sujeto en el sentido lacaniano y les recuerdo la definición: "el sujeto es lo que un significante representa para otro significante". Es decir, el sujeto como efecto de representación. Precisamente como el funcionamiento metafórico del lenguaje está cambiando en un funcionamiento más metonímico, es decir, que lo que desaparece es la sustitución y lo que funciona es la vecindad, el lugar próximo, se trata de que los sujetos dejan lugar al ego, al yo[3]. Y somos todos yoes distintos o pensando en sí mismo como distinto, pero estos egos se creen únicos en su género, en su organización, en sus opiniones, en sus pensamientos, en sus creencias. Y el colmo de eso, lo que permite eso es la importancia que se ha desarrollado durante los últimos 20 años de las redes sociales: Twitter, Facebook y todos estos instrumentos de comunicación.

Entonces, se puede añadir otra cosa que me parece importante para entender lo que está pasando hoy en día. Eso necesita retomar la cuestión del lado de la historia de las civilizaciones, y especialmente del lado de la civilización europea y occidental. En el siglo XVI-XVII hubo un cambio fundamental que tocó la información. ¿Qué quiero decir? ¿A qué aludo? Aludo a la invención de la impresión, es decir al hecho de que si antes la reproducción de los escritos, cualesquiera que sean estos escritos, implicaba las manos y las plumas, a partir de Gutenberg, los medios de información empiezan a disponer de una reproducción por medios de los caracteres de hierro que permiten imprimir. Y eso tuvo un efecto de cambio tremendo. A partir de este momento, por ejemplo, se desarrolló la religión protestante con Lutero que utilizó con hojas de papelitos -llamados libeles- la difusión de esta nueva interpretación de la religión cristiana. Pienso que hoy en día hay una nueva invención en la transmisión de la información que cambió todo. No se trata del alfabeto, se trata de la pareja 0-1 tal como funciona en los computadores y eso fue una invención inglesa que se desarrolló con Von Neumann y que cambió toda la circulación, la difusión de la información de la cual nos beneficiamos hoy, aquí mismo en este momento. Yo estoy en Francia, en mi consultorio. Ustedes están en la Universidad de Buenos Aires. Sus cuerpos y mi cuerpo funcionan a partir de pixeles, de imagen, de voz. Toda esta información transmitida de esta manera. Esta segunda revolución, cambio en la difusión de la información permitió el desencadenamiento, el desarrollo de todas las redes sociales, todos los medios de comunicación y eso permitió a los sujetos estar con la imagen, con la palabra singular, como egos, como yoes y no como sujetos. No es que dejan de ser sujetos. Sí, en el dispositivo analítico y que tienen, por esta misma razón, un inconsciente, es decir una represión o una forclusión -depende de la estructura-. Pero absoluta y claramente, lo que hoy se difunde es la palabra de los yoes que yo llamo desassortis[4] y que creen que sus propias palabras, su propio pensamiento es original cuando claramente son las mismas consecuencias de la cadena significante. Es decir que implica la misma sumisión al Otro de lo simbólico y al Otro de lo social.

Eso es lo que quería decir. No sé si es bastante claro. Espero que lo haya sido un poquito. Y para resumir lo que quería realmente proponerles como hipótesis es que este cambio en la circulación de la información tocó de distintas maneras la teoría analítica de las estructuras tal cual como estaban organizadas en Freud y en el mismo Lacan entre neurosis, psicosis y perversión. Yo sostengo que las psicosis es el régimen ordinario del psiquismo hoy. Ha dejado de ser una estructura patológica que a mi parecer -a partir de mi práctica analítica-, la psicosis en el sentido estructural antiguo no es para nada una dificultad en el lazo social. Ocurre que puede ser un joker como se ve muy bien, por ejemplo, en la patología de algunos jefes de Estado actuales. Y el segundo punto que me parece importante es que la dimensión de lo inconsciente está cubierta hoy por la dimensión de lo imaginario y del yo. Implica una creencia en la dominación nueva, en la dominación desencadenada -si puedo decir-.

Es lo que quería proponerles.

* Conferencia en el XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología por la Facultad de Psicología de la UBA. [En línea]: Malestar en la Cultura en el S.XXI: los Unos-solo y la Orient. Contemp. por la Dim. de lo Posible. - YouTube. Último acceso: 2021-11-26.

NOTAS

  1. Cfr. J.-A. Miller. Todo el mundo es loco. Buenos Aires: Paidós, 2015.
  2. S. Freud. "El malestar en la cultura", in Obras completas, tomo XXI. Buenos Aires: Amorrortu, 2003, pp. 57-140.
  3. Cfr. M.-H. Brousse. [En línea]: La psicosis es lo ordinario de los Egos (zadigespana.com). Último acceso: 2021-11-26.
  4. N.d.t.: lo que corresponde al español como disparejo, desabastecido o descabalado.

Artículo completo disponible en el blog PSICOANÁLISIS LACANIANO
https://psicoanalisislacaniano.com/2021/11/26/mhbrousse-malestar-cultura-siglo-xxi-20211126/